lunes, 30 de junio de 2008

EL CALZADO EN EL SENDERISMO

http://www.andinia.com/a01377.shtml
"El calzado es más importante en la realidad de lo que parece ser. Del estado de los pies depende mucho el estado de ánimo de una persona, y también sus posibilidades de desplazarse, trabajar, y en situaciones de emergencia, de sobrevivir.
Si uno no puede caminar, o si no puede hacerlo con la velocidad suficiente, no podrá escapar de sus enemigos o de un incendio, no podrá cazar, y no podrá siquiera explorar o ir al baño.
Si bien es evidente que todo esto se puede hacer con los pies descalzos, la diferencia entre no utilizar nada que cubra los pies o lo haga someramente, y un buen calzado, puede ser sustancial.
En algunos terrenos, el calzado es esencial para proteger los pies adecuadamente, no resbalar, evitar congelarse o herirse, etc.
Por ello, una de las cosas que siempre se debe tener en cuenta al realizar actividades al aire libre es contar con un buen calzado, del tipo que sea.


Hay una gran variedad de tipos y modelos, pero en general, y en las actividades al aire libre, resulta conveniente contar con botas o borseguíes.
Hay muchas personas que señalan objeciones respecto de la utilización de este tipo de calzado, tanto porque parecen ser elementos pesados, como así también, incómodos." Pablo Edronkin

domingo, 29 de junio de 2008

MATERIAL Y EQUIPAMIENTO PARA LLEVAR EN SALIDAS DE UN DIA AL AIRE LIBRE


Material y equipamiento para llevar en salidas de un día al aire libre
Aunque una salida de un día al aire libre para la práctica de excursionismo, senderismo, montañismo, acampada, etc. [1] no es una expedición exploración ni mucho menos, y suelen desarrollarse por definición cerca de la ciudad, no por eso debe descuidarse una cierta planificación en cuanto al equipo, botiquín y provisiones que se deben llevar para el trayecto. Esto es igualmente cierto si los que organizamos la excursión somos nosotros (en un grupo particular) o vamos a ser guiados por un Guía profesional en el contexto de un grupo reunido a través de una agencia de actividades de aventura o multiaventura.
Lo primero es considerar el material, equipo o equipamiento necesario para mantener la seguridad (protección contra las inclemencias del tiempo, medios de orientación y prevención de accidentes propios de la actividad) y proporcionar primeros auxilios (curación primaria de los accidentes o las lesiones más comunes en espera de intervención médica).
Hay que recordar es que los accidentes pasan en todas partes, y aunque hay menos posibilidades de que ocurran cuanto menos dure una marcha, y serán menos graves en cuanto a sus consecuencias cuanto más cerca se esté de un lugar en donde poder recibir la ayuda médica, de rescate o de evacuación adecuada; no es menos cierto que la posibilidad de accidentes se reduce todavía más si nos preocupamos por eliminar tantos riesgos como esté en nuestras manos hacerlo, y evitemos todos lo que no podamos eliminar.
De esta forma, no sólo reduciremos la posibilidad de accidentes, sino que vamos a evitar desperdiciar recursos en movilizar operativos de búsqueda y rescate al solucionar nosotros mismos pequeños percances que, de no haber sido previstos, puede requerir de ayuda externa.
Es por esto que hay que tener en cuenta:
- Llevar la vestimenta y el calzado adecuados. - Llevar ropa de puesto. - Llevar agua. - Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable. - Llevar un palo, bastón o similar. - Llevar al menos un teléfono móvil o satelital por grupo. - Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS.
Siguiendo los links anteriores nos explayamos sobre esos temas, viendo la necesidad de cumplir estas recomendaciones y las cuestiones asociadas que se derivan de su cumplimiento, y que hay que cosiderar para llegar a buen puerto siempre que sea posible.
Notas: [1] En este caso nos referimos a cualquier actividad que implique, al menos en parte, el desplazamiento por tierra.
http://www.andinia.com/articles/al_aire_libre/actividades/a23782.shtml

viernes, 27 de junio de 2008

PRINCIPIOS DEL SENDERISMO

. Uno de los puntos más importantes en el turismo sostenible es lograr que las actividades envuelvan el menor impacto posible hacia la cultura, el ambiente y los recursos naturales, entre otros. ¿Cómo podemos lograrlo? A través de las buenas prácticas y las técnicas que utilizamos para proveer información.

El Guía juega un rol importantísimo cuando de buenas prácticas se trata al provocar un cambio en la forma de pensar y comportamiento de los visitantes.A continuación incluimos algunas de las buenas prácticas que aparecen publicadas en el Manual Buenas Prácticas en el Turismo Sostenible como parte de la Certificación en Buenas Prácticas.

SOMOS MIEMBROS DE:





· Firma el libro de visitas; comparte con los administradores cualquier información que sirva para monitorear el área visitada. En la temporada alta, hay Guías que visitan el mismo lugar a diario por lo que se convierten en monitores automáticamente. Comparte e informa cualquier anomalía o descubrimiento.

· Como líder del grupo, recuerda que sólo llevaremos los recuerdos grabados en nuestra memoria y las fotos que tomamos. El Guía debe dar ejemplo; somos modelos a imitar. Si somos líderes, actuemos como tal.

· En la medida que sea posible, no dejes en el lugar que visitas los desperdicios que genera tu grupo. Recuerda que no necesariamente el camión de la basura visita los bosques a diario.

· En situaciones donde los baños no están disponibles sepulta el desecho en un agujero de al menos 6 a 8 pulgadas de profundidad y 200 pies de distancia de cuerpos de agua o campamentos.

· Al visitar un área protegida, utiliza los senderos definidos. En áreas silvestres donde no existen senderos definidos, y hasta donde sea factible, evita terrenos mojados o blandos. Indícale a tus clientes que deben esparcirse de manera de que no caminen dos personas por la misma huella; y en la medida que sea posible, evita caminar a través de vegetación o en terrenos frágiles. Recuerda ser cortés. Si te encuentras con un grupo de personas caminando en dirección contraria, busca un lugar seguro donde tu grupo pueda detenerse en lo que el otro sigue su camino. Evita impactar áreas frágiles innecesariamente.

· El tamaño de los grupos dependerá de la composición de sus integrantes (niños, estudiantes, jóvenes, adultos, envejecientes, etc.), la duración del recorrido, propósito de la caminata, largo y ancho de la vereda, y el número aprobado por la agencia que administra el lugar visitado, entre otras cosas. El tamaño varía desde 2 a 25 personas. Recuerda preguntar cuál es la capacidad de carga en las veredas que visitas con frecuencia para que no la impactes negativamente.

· Respeta la vida silvestre y obsérvala a la distancia. ¿Vas a tomar fotos? Piensa cómo te sentirías si te toman una foto con “flash” de frente a tus ojos.

· Los recorridos son para disfrutarlos, habla en un tono de voz agradable, lo suficientemente alto para que tu grupo te escuche, pero lo suficientemente bajo para que no interrumpas a las demás personas.
CAMINATAS (SENDERISMO)La mayoría de los recorridos guiados conllevan algún tipo de caminata. Ya sea en un área natural o urbana, debes tomar en consideración lo siguiente.
· Familiarízate con las normas establecidas en los lugares que vas a visitar. Pregúntale al representante de la compañía para la cual trabajas si tiene conocimiento de las leyes que aplican al lugar que vas a llevar a sus clientes.

http://www.apiepr.org/buenaspracticas/index.html







jueves, 26 de junio de 2008

ACCIDENTES DE SENDERISMO EN MONTAÑA

Accidentes de Senderismo en Montaña Contribución de albertbrado Enviado el Martes
Accidentes de Senderismo en Montaña
Contribución de albertbrado
Enviado el Martes, septiembre 24 @ 00:00:17 CEST
Debido al interés que suscita el tema de los accidentes en Montaña, os invito a leer el artículo que he traducido. Saludos a todas y todos los "sendistas"
(Traducción de Montagnes-Magazine. Agosto-septiembre 2002)
¿Por qué se matan los senderistas en la montaña?
Las estadísticas son claras: Una excursión de senderismo por montaña es la actividad que provoca mas intervenciones de los servicios de socorro, provocando más defunciones que el alpinismo.
La llegada masiva de nuevos practicantes poco conscientes de los peligros, no lo explica todo. Siempre hay un gran número de accidentes por falta de información y de formación, y, fundamentalmente, por falta de conciencia de los peligros propios de esta actividad.
Desde hace veinte años, el aprendizaje y la prevención de riesgos ha evolucionado mucho en escalada, alpinismo, y más recientemente, en via ferrata. Sin embargo, el senderismo queda fuera de este aprendizaje, a pesar del fuerte aumento de su práctica. Georges Elzière, miembro del Comité director de la Federación del CAF, destaca que “es en el ámbito del senderismo, donde el CAF no realiza formación, ya que no hay una toma de conciencia clara entre los practicantes de la necesidad de saber leer un mapa, conocer las condiciones de la nieve, técnicas de encordamiento, etc”. Puesto que el senderismo es una actividad de fácil acceso, se practica masivamente de manera individual y descontrolada, escapando a toda posible regulación.
Desde 1996, el Consejo Superior de Deportes de Montaña (CSSM) trata de comprender las razones de estos accidentes. Arnaud Pinguet y Brice Lefèvre, encargados del análisis en el ENSA de Chamonix, desconfían de conclusiones precipitadas. “Los factores de los accidentes son múltiples y complejos”. Pero recomiendan un esfuerzo de información hacia los senderistas en montaña, por encima de una reglamentación, que sería una contradicción con la libertad de movimientos que se desea encontrar en la montaña.
Algunos ayuntamientos de las comunidades de montaña, por miedo a posibles acciones judiciales contra ellos, reaccionan con edictos más o menos legales, u ocultan los itinerarios que presentan algún riesgo.
En los últimos cuatro años, los paneles o señalizaciones, que indicaban dichos riesgos, han desaparecido. Igualmente, las indicaciones en las últimas cartas del Instituo Geográfico Francés han sido suprimidas. Esta situación da lugar a una libre interpretación de la seguridad, que depende fundamentalmente de quien practica montañismo y de nuestro patrimonio. De hecho, un gran número
de itinerarios están amenazados, con frecuencia los más bellos e interesantes, desprovistos de su carga cultural y de tradición de más de un siglo, cuando se exploraba la montaña con el simple afán de aventura.
Indicar en un panel un paso escarpado sin otra indicación constituye una incitación. Produce temblor imaginarse a familias o personas sin experiencia colgadas de cables o en equilibrio sobre una repisa en medio de una pared. Uno se pregunta siempre, por qué los ayuntamientos o las autoridades no ponen paneles indicando cláramente los posibles riesgos y recomendaciones. Este fenómeno es especialmente sensible en un macizo como el de Chartreuse: sus cornisas o fajas, sus travesías, que constituyen parte de su personalidad, están hoy reservadas a una transmisión boca a boca, casi confidencial. Algunos responsables del Parque Natural Regional se preguntan si esta es una situación correcta.
El miedo a la responsabilidad penal por parte de concejales, alcaldes u otros cargos es infundado. René Ternoy, representante del procurador de la república en Albertville, deplora la sicosis de los políticos:
“La búsqueda de posibles responsabilidades tiene un efecto dañino para el turismo en un macizo como el de la Chartreuse, ya que no hay ningún caso de actuaciones contra concejales o alcaldes en materia de senderismo estival. Las actuaciones en estos términos conciernen a los accidentes fuera de pista en invierno, y siempre van dirigidas contra los acompañantes profesionales, jefes scouts, o responsables de colonias de vacaciones, como consecuencia de errores de actuación”. Pero el simple hecho de ser interrogados por policías encargados de realizar las pesquisas siembra el pánico. Por ello, después de la
muerte de una niña en el sendero de la gruta del Bournillon en Royans, los agricultores han cerrado el acceso a las vías de escalada de Presles situadas en su propiedad. (“Si usted tiene un accidente, tendremos que ir a la policía, como nuestro compañero.... (el citado compañero era el propietario del sendero de la gruta ).
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Accidentes de Senderismo en Montaña Contribución de albertbrado Enviado el Martes El Parque de la Chartreuse ha retirado toda la señalización de su reserva natural sobre las altas plataformas (con excepción del GR9) por una preocupación ecológica. Esta medida no es unánime entre los profesionales de la gestión del territorio. Para Dominique Giard, encargada de recepción e información del Parque Nacional de la Vanoise “las reservas situadas en nuestro territorio tiene la misma señalización que el resto, lo que evita la dispersión de los senderistas en la naturaleza”. Quedan muchas cosas por hacer.....Entre las preocupaciones sobre seguridad, jurídicas, ecológicas, técnicas y fundamentalmente, financieras, los amantes de la montaña no saben a que atenerse.
Los accidentes tienen causas múltiples e inesperadas......La mayor parte de las intervenciones son debidas a falta de atención y a una cierta despreocupación en senderos fáciles. No hay que olvidar que un terreno escarpado tiene, lógicamente, riesgos, y da lugar a la mayor parte de los accidentes mortales. Las consideraciones que siguen son su fundamento:
1.
El primero de los “malos hábitos” es la dramática confusión entre dificultad y exposición al peligro, que tienen el 99% de los senderistas: “esto no es muy dificil, entonces no es peligroso. Puedo hacerlo y llevar a mis amigos o a los niños”. Un itinerario, aunque sea escarpado, no tiene por que ser difícil técnicamente, pues entonces sería escalada. La escalada es una actividad muy técnica, pero finalmente poco peligrosa, salvo en ciertas vías con roca inestable o en elevada altitud. Se puede decir que con los métodos de seguro modernos, una escalada difícil y abrupta comporta menos riesgos, puesto que la caída (prevista y aceptada) está perfectamente asegurada y exenta de golpes. Hay que destacar que los dos tercios de los accidentes de alpinismo ocurren también en los recorridos catalogados como fáciles y poco difíciles. En ningún momento podemos dejar de prestar atención a los gradas o fajas herbosas inclinadas hacia el vacío. Lionel Terray no cometió más que este error, pero fue fatal para él en el Gerbier.
El segundo de los malos hábitos es la confusión entre necesidad de asegurarse y la ayuda a la progresión por algunos elementos in situ. Un ejemplo: los famosos “cables” (¡en ocasiones viejas cuerdas fijas!), situadas para asegurar un paso, no tienen otro efecto que el de incitar a las personas a introducirse en pasos arriesgados, creyendo que no necesitan encordarse o asegurarse. El caso de la Vía de los Cables en Chamechaude, que ha conocido una verdadera hecatombe, es edificante. El cable cuelga en una chimenea vertical en lo alto de un corredor muy abrupto. De hecho, se trata de un paso de escalada III si se sabe separar las piernas sobre los bordes de la chimenea, pero los senderistas se ayudan únicamente de la fuerza de sus brazos.
Nos encontramos, por tanto, en una situación surrealista: personas que no poseen una técnica básica en escalada se encuentran sin ningún seguro en un paso, que mal afrontado, se convierte en IV+......Tras este análisis, Georges Elzére apunta “que sería más seguro retirar los cables y no dejar más que los spits o anclajes, lo que obligaría a asegurarse. Para otros, entre ellos algunos responsables de los ayuntamientos, preferirían transformar este tipo de pasos en verdaderas vías ferratas, aunque, como destaca Alain Rougier, guía y encargado de las actividades de aire libre en el Parque de la Chartreuse, “la montaña morirá a fuerza de ser ordenada”.
El conocimiento del material y de su utilización es muy superficial. Muchos senderistas o montañeros añaden cierto esnobismo al no llevar cuerda “por que no es un itinerario difícil”, pero raramente saben utilizarla. Nunca se lleva un arnés, mosquetones o descendedores. Ningún medio eficaz en pasos del tipo Vía de los Cables en Chamechaude.
Muchos senderistas se conforman con el mapa o se confían a una baliza o un panel informativo. Pero ninguno de estos elementos proporcionan detalles sobre posibles peligros, ni sobre el material que podemos necesitar. Desgraciadamente, las topoguías utilizan muchas veces un sistema de acotaciones superficiales (por ejemplo de 1 a 3), que manifiesta esa famosa confusión entre dificultad y exposición. En escalada, las acotaciones sirven únicamente para precisar la dificultad. Los peligros concretos (roquedo en mala condición, etc) y el material son objeto de un comentario detallado. Definir un itinerario de senderismo deportivo se revela insuficiente y puede ser peligroso. Algunos responsables de comunidades, ayuntamientos o parques proclaman hoy la necesidad de un mapa, tras consultar con los editores, donde se mencionen de una manera mas profunda la naturaleza de los peligros, que pueden afectar a senderistas o practicantes de montañismo, con consejos sobre el material necesario, etc Es bueno, además, verificar la actualización de las topo-guías, pues algunos editores poco escrupulosos reeditan sin modificaciones algunas ediciones de hace treinta años.
El error en el itinerario, consecuencia de la utilización del mapa ( o del instinto) es responsable de muchas intervenciones de los servicios de socorro. En terreno escarpado difícilmente se encontrará la forma de rodear un paso con un mapa. Personalmente asistí a la caída mortal de un joven montañero, al confundir su grupo uno de los pasos y aventurarse por una barrera rocosa.
Se encontraban desviados 100 metros a la izquierda, debido a una mala lectura del mapa. Se puede argumentar que, generalmente, estos pasos están señalados. Pero es preciso saber donde file:///D/WEB_2004/articulos/articulos varios/accidentes_senderismo.htm (2 de 3)05/01/2005 17:57:52
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Accidentes de Senderismo en Montaña Contribución de albertbrado Enviado el Martes encontrar esas marcas, que cualquier topo-guía solo menciona. La redacción de los autores de topo-guías se complica hoy con el borrado de las marcas, sobre todo en Chartreuse.. El trabajo realizado en este parque con el fin de evitar las pinturas, apenas es más estético. Algunas pinturas además de feas eran incoherentes, tenían color o forma propia. En definitiva, anarquía total......¿No hay medio de reemplazar esas ancestrales flechas multicolores por una señalización más discreta y preventiva?. Georges Bernard, presidente del CAF Grenoble y de la comision nacional de senderismo, prefiere formación a señalización. "Cada salida a la montaña debería ser una aventura controlada. En cada accidente se constata la realidad de una práctica inconsciente.
6.
Se puede añadir a la lista negra de pèligros la presencia ocasional de la nieve, que nunca detiene a quienes están empeñados en alcanzar su objetivo a toda costa Aquí se añaden peligros propios del alpinismo. Como recuerdan los investigadores del CCSM: "En montaña, el riego cero no existe y nadie está a salvo de un error o de la fatalidad". Sin embargo, como señala Georges Bernard, en los cursos de iniciación del CAF " la mayor parte de los senderistas no saben marchar sobre la nieve, ni realizar autodetención en un deslizamiento". Añadiría que muchos no saben estimar el estado de la nieve en la montaña, no se informan y no tienen el material necesario. Ni siquiera imaginan las utilidades de un piolet... Los senderistas, al igual que los alpinistas, tienen necesidad de realizar un esfuero de formación e información necesarios para reducir los riesgos al mínimo posible, de tal manera que no se pueda reprochar a los políticos, que ordenan el territorio excepcional que ellos gestionan al nivel de la llanura.
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http://64.233.169.104/search?q=cache:KnAY5VdMvi0J:gruposenderistaprisma.com/articulos/articulos%2520varios/accidentes_senderismo.pdf+tecnicas+de+senderismo&hl=es&ct=clnk&cd=5&gl=ve

EXCURSIONISMO EN MERIDA VENEZUELA


EXCURSIONISMO EN MERIDA VENEZUELA
Como en todos los tiempos, el hombre ha encontrado un mundo maravilloso lleno de pequeños detalles y grandes enigmas. Detalles y enigmas que el ser pensante siempre ha querido describir y descubrir. Con este deseo en mente, el hombre moderno ha hecho expediciones en busca de respuestas a las interrogantes que, desde las lejanas ciudades, las montañas le generan. Pero cuando fue a la montaña, el espectáculo de la naturaleza fue tan impresionante que terminó descubriéndose a si mismo; descubrió sus raíces primitivas y su fuerte nexo con la naturaleza. En medio de sus reflexiones, el hombre moderno empezó a darse cuenta de su diminuta presencia frente a la grandeza de las montañas. Entonces, las ambiciones del hombre crecieron, nació el rito de subir a las cumbres de las montañas; algunos empezaron a escalar montañas para estar más cerca del sol, la luna o las estrellas. Otros lo empezaron a hacer para estar más cerca de Dios. Más recientemente, el hombre se ha dedicado a escalar y coronar montañas para satisfacer su ego o, en algunos casos, para escapar del ego de la sociedad.
Cualquiera hubiera sido la razón por la cual el hombre moderno comenzó a subir a la montaña, esta actividad se convirtió en excursionismo; una actividad que exige condiciones físicas para soportar largas caminatas, conocimientos técnicos para superar los obstáculos que la montaña pone para dificultar su conquista, calidad humana y espiritual, para disfrutar su belleza sin la barrera de la razón y humildad para rendirse a su imponencia. De este modo surgen los deportes de montaña como manera de comparar las destrezas del hombre en acción con la serenidad y perpetuidad de la montaña. En estos deportes la montaña siempre sale victoriosa, pero el hombre logra entender que en esta competencia la serenidad y la paciencia son herramientas más útiles que la ira y el ego.
En Mérida, el excursionismo fue tarea cotidiana para los primeros nativos de esta tierra debido a las dificultades que existían para entrar y luego moverse dentro de la geografía del territorio, aunque para ese entonces lo que hoy podemos llamar excursionismo era un medio de subsistencia y no una actividad deportiva y ecológica. Más tarde, durante el proceso de colonización, los españoles lucharon con esas mismas dificultades para apoderarse de Mérida; tal fue la magnificencia de estas tierras que se estableció una provincia a pesar de lo complicado que sería acceder a ella. Entonces se podría decir que los primeros pobladores de Mérida, tanto indígenas como españoles practicaron de cierta manera el excursionismo. Incluso, durante el proceso de independencia de Venezuela, Simón Bolívar, el Libertador, atravesó los páramos y montañas merideñas en pro de nuestra independencia. De modo que, desde los primeros días de Venezuela y Mérida, el excursionismo se ha practicado, aunque de una manera menos técnica y ecológica que la de hoy en día.
El excursionismo en Mérida como actividad científica y recreativa se inició en la Universidad de los Andes. Para el siglo XIX el excursionismo en Venezuela era una actividad casi reservada solo para los académicos de la época. Este tuvo como gran y primer impulsor al Barón de Humboldt quien fundó el estudio de nuestra geografía. Aunque Humboldt nunca estuvo en Mérida, este sembró la semilla del estudio y la exploración de nuestras bellezas naturales en los académicos establecidos en Mérida. Uno de ellos fue un Francés llamado Pierre Henri Georges Bourgoin; este profesor de la Universidad de los Andes realizó la primera excursión formal hacia la cima del pico el Toro en 1868. Anteriormente, en diciembre de 1830, el geógrafo italiano Agustín Codazzi ya había estudiado la geomorfología de este pico. Otro académico que salió de los laboratorios para explorar nuestras montañas fue el Dr. Alfredo Jahn. Siendo el más ambicioso y aventurero de los exploradores de la época, Alfredo Jahn fue el primero que coronó el Pico Espejo en 1910; desde esa cumbre vio y nombró por primera vez los picos Humboldt y Bompland. Un año más tarde afirmó haber coronado el pico Humboldt. Finalmente en 1915 intentó ascender a la cumbre del Pico Bolívar pero falló.
La ambición por alcanzar la cima del “Gran Bolo” fue seguida por Enrique Bourgoin, nieto del Dr. Pierre Henri Georges Bourgoin y también profesor de la Universidad de los Andes, específicamente en la cátedra de Botánica. El joven Bourgoin junto con Heriberto Márquez Molina y el guía Domingo Peña lograron por primera vez en la historia llegar a la cumbre del Pico Bolívar el 5 de Enero de 1935. La universidad y el gentilicio merideño fueron enaltecidos a través de esta heroica conquista.
Hoy en día, estos tres personajes son ejemplo y fuente de inspiración para un gran número de grupos de montañismo, excursionismo y rescate que hacen vida deportiva y cultural en Mérida desde hace muchos años. En virtud de lo cual, el excursionismo se ha ampliado en cuanto al modo de ser practicado; disciplinas como la escalada en hielo y en roca, el rappel, el canyoning, el ciclismo de montaña, etc. ahora forman parte del excursionismo como modalidades para hacer AAAAdel mismo una actividad más técnica y segura, o simplemente como alternativa para hacerlo más divertido. Sin embargo, la Universidad de los Andes ha dejado de participar notoriamente en estos deportes, aunque su practica haya surgido dentro de ella. Es importante decir que, siendo Mérida “una universidad con una ciudad por dentro”, muchos estudiantes de la Universidad han hecho excursionismo de una manera muy silenciosa y aislada del resto de la comunidad; razón por la cual es necesario reivindicar el papel de la universidad en este deporte y sus nacientes variantes a través de la formación de un grupo de excursionismo que se involucre públicamente con la comunidad universitaria y merideña en general.
Son todas estas las razones que han motivado al Profesor Luis R. Guerrero Montoya y a los bachilleres Félix Sierra, Robert Sosa, Antonio González, Martín Collazo y Alejandro Ferrara, estudiantes regulares de la Facultad de Humanidades y Educación a fundar y formar un grupo de excursionismo ecológico en esta Facultad. Iniciativa tomada a raíz de experiencias propias y afinidades comunes entre dichos estudiantes.
http://vereda.saber.ula.ve/grexeco/index_archivos/menuclas_archivos/justificacion.htm

martes, 24 de junio de 2008

RUTA DESDE MIFAFI HASTA GIBRALTAR EN MERIDA VENEZUELA

VISTA DEL CAMINO HACIA MUCUMPIZ ENCRUCIJADA CON EL ALTO DE PIEDRAS BLANCAS
VALLE DE MIFAFI EN LA ENCRUCIJAJADA PICO EL AGUILA- VIA MUCUMPIZ - VIA PIÑANGO

Comunicaba a Mérida con Barinas y que constituye una de las bifurcaciones del camino real en el sitio de Apartaderos, fue la vía seguida por el tráfico comercial que se efectuó desde Barinas y Pedraza a través del Puerto de Gibraltar. También por este puerto se realizaba ocasionalmente el intercambio comercial desde La Grita, San Cristóbal y Pamplona. Este tráfico se produjo a través del camino real que comunicaba estas ciudades con Mérida.” (Fuente: Internet)

“El comercio de mercancías entre Mérida y Gibraltar se conducía a través de dos vías de comunicación: la fluvial, circundando el río Chama, y la terrestre conformada por el camino de recuas, que saliendo de Mucuchíes atravesando el páramo, comunicaba al Pueblo de la Sal (Pińango) con Torondoy y llegaba hasta Gibraltar.” (Fuente: Internet)
Estos caminos de la cordillera los utilizaron los indígenas también para comunicarse con y desde el resto de Sur América. Por esos caminos transitaron los espańoles con grandes arreos de mulas cargados de mercancía. Por esos caminos debieron haber llegado algunos de nuestros antepasados entre ellos el Capitán y dueńo de barcos Francisco de Uscategui y Aguinaco, natural de Orduńa en el país Vazco, Espańa, de quien se dice poseía depósitos y factorías en Gibraltar y de donde pasaría a Mérida para casarse en 1.626 con María de Vilches Reolid dando inicio al linaje Uzcátegui en Venezuela. Por esos caminos transitaron pobladores de buena parte del territorio venezolano y colombiano, libertadores y grandes figuras como el Canónigo Uzcátegui, quien el 9 de febrero de 1.785 parte de Mérida rumbo a Maracaibo por la ruta de la cordillera en búsqueda de Fray Juan Ramos de Lora. Por esos caminos marcharon desde Mérida héroes que fueron a defender el puerto de Gibraltar de ataques piratas como los de William Jackson en 1.642 el primero en atacar a Gibraltar, Juan David Nau (El Olones), Miguel El Vascongado, Henry Morgan en 1.669 el mas famoso y despiadado pirata y Gramont en 1.678 el último pirata del siglo XVII.
Gibraltar fue por casi 90 ańos (1.592–1.678), el principal puerto del lago de Maracaibo con grandes depósitos y bodegas para descargar los productos que venían de Europa y los que iban hacia ella, jamones, algodón, trigo, conservas, tabaco y cacao, principales productos del nuevo reino. Se dice inclusive que Gibraltar tenía factorías de barcos.
"En este puerto de Mérida entraban ocho ríos caudalosos con agua, vino, aceite, leche, miel, azúcar y los otros dos, de oro y plata." (Febres‐Cordero, Tulio. 1.930, p. 97)
Por todo esto fue el blanco de piratas (corsarios, filibusteros, bucaneros) quienes con sus ansias de riqueza o siguiendo instrucciones de sus gobiernos, saquearon despiadada y reiteradamente por casi 40 ańos a Gibraltar y Maracaibo.

De la historia de aquella prospera y ensangrentada Gibraltar, hay innumerables escritos. Un título aparecido recién es muy elocuente: “El descubrimiento, el genocidio de los indios y Gibraltar, ciudad martirio de Venezuela” del autor VERNA, Paul 1.995 Como es sabido, la mercancía de aquella remota época era transportada a lomo de mula. Grandes arreos transitaban por esos fragosos caminos de inclemente clima. Algunos caminos han desaparecido, otros están descuidados, sin embargo, el que usaremos para nuestro propósito, que es el de Torondoy, fue mejorado hace unos 20 ańos con maquinaría pesada. Este camino une al Pico el Aguila partiendo del refugio del Cóndor en Mifafi, con los poblados de Mucumpiz, Torondoy y Caja Seca.


Algunos nombres dados a las rutas del páramo hacia el lago:
La Ruta Chaac, nombre que se podría interpretar como la Ruta del Agua porque Chaac es una Divinidad Maya que se invoca para atraer agua. En lo más alto de esta sierra llena de lagunas, nacen muchos ríos que van a Mérida y al lago de Maracaibo.
La Ruta del Trigo, porque en la época de la colonia se sacaban por estos caminos conservas hechas con harina del trigo cosechado en los páramos merideńos. Dichos productos eran comercializados principalmente en las islas y poblaciones del caribe.

http://64.233.169.104/search?q=cache:bZfKnuXS7AsJ:www.cabalgatasmerida.com/calendario/2008/03-14Mucumpiz/imprimible.pdf+HISTORIA+DE+LA+SIERRA+LA+CULATA+EN+MERIDA+VENEZUELA&hl=es&ct=clnk&cd=123&gl=ve

lunes, 23 de junio de 2008

LA ANTIGUA VIALIDAD ANDINA VENEZOLANA Y LA PROGRESIVA PENETRACION ESPAÑOLA

Presente y Pasado. Revista de Historia. ISSN: 1316-1369. Año 9. Volumen 9. Nº18. Julio-Diciembre, 2004.
LA ANTIGUA VIALIDAD ANDINA VENEZOLANA Y LA PROGRESIVA PENETRACIÓN ESPAÑOLA (SIGLOXVI) PRIMERAS EXPLORACIONES EN LA CUENCA ALTADEL RIO CHAMA*
RESUMEN
En el presente artículo se intenta demostrar la importancia de diversas vías naturales de comunicación (recorridas algunas durante el periodo prehispánico) para la penetración y exploración hispánica en los Andes venezolanos y merideños, fundamentales para la consolidación de los posteriores procesos de conquista y colonización. Los autores esperan contribuir al conocimiento histórico merideño, específicamente de los sistemas de comunicación y el poblamiento. Para lograr tal propósito, se basaron en el método de la Geografía
Histórica, a partir de la interacción medio físico-ser humano, aunque no descartaron los aportes de otras disciplinas afines a la Historia.
Introducción
Estudiaremos las vías de comunicación que recorrieron los conquistadores al ingresar a tierras andinas, y la manera como éstas fueron adaptadas a los intereses coloniales, de acuerdo a las Ordenanzas de Poblamiento. En este artículo hemos tomado como referencia heurística los relatos de funcionarios administrativos, viajeros, comerciantes, cronistas, y algunos autores contemporáneos, con el fin de reconstruir la posible red comunicacional que se desarrolló en este período.
En primer lugar, haremos una síntesis sobre los principales factores que impulsaron la conquista de las Sierras Nevadas y las dos rutas de penetración (a partir de El Tocuyo y Pamplona) que utilizaron los europeos para incursionar en la Cordillera de Mérida.
En segundo lugar, señalaremos algunas características de los caminos coloniales, originados en gran parte por las transformaciones de los caminos ya existentes antes de la llegada europea a la cuenca alta del río Chama. Luego analizaremos diversos elementos del doblamiento colonial relacionados con la vialidad: organización del espacio, circuitos económicos, sitios de alojamiento, entre otros. Finalmente, consideraremos un elemento especial: la vinculación de la vialidad con la problemática geopolítica en la Provincia de Mérida y territorios circundantes o áreas de influencia.

LA NECESIDAD DE CONQUISTAR LAS “SIERRAS NEVADAS”
Nos referiremos a los factores que impulsaron a los españoles a penetrar en los Andes venezolanos, describiendo los primeros intentos de los exploradores delegados por la Provincia de Venezuela y el Nuevo Reino de Granada para conquistar las Sierras Nevadas.
Así mismo, reseñaremos algunos recorridos, y sus consecuentes ventajas y dificultades. Estas exploraciones permitieron posteriormente la penetración en regiones específicas, como la cuenca alta del río Chama, para luego proceder a su conquista y colonización definitiva.
Para mediados del siglo XVI la Corona española tenía un conocimiento vago de la región andina venezolana, aún sin explorar tal como afirma la autora Magaly Burguera: “(...) tanto en el Norte de la Provincia de Venezuela, como en el Sur, los del Nuevo Reino de Granada intentan inspeccionarla y anexarla a sus respectivas jurisdicciones”
. Una vez instalados los Welseres en la Provincia de Venezuela, les corresponderá el descubrimiento desde el cabo de Maracapana hasta el cabo de La Vela. Durante el periodo de mandato de los gobernadores Welseres, apareció el famoso mito de El Dorado, que consistía en la supuesta presencia de fabulosas ciudades y tierras ricas en oro. En realidad, este mito fue inventado por los mismos indígenas para alejar a los europeos de sus tierras, tal vez como lo señala Rosales María: “(...) para tratar de evadir el peso de persecución o el esclavisamiento regularizado por Real Cedula del 14 de agosto de 1509”.
La idea de El Dorado se extendió por todas partes, como lo señala el Hermano Nectario María; “(...) situabánlo unos en la región oriental de la Guayana con el nombre de El Dorado de la Paraima; otros a doscientas setenta leguas hacia el poniente, cerca de la falda oriental de los Andes”.
Entre las probables regiones en las que pudo ubicarse El Dorado, los Andes venezolanos debieron haber sido muy importantes, en virtud de la fascinación y el temor que seguramente ocasionaba una gran cadena montañosa que pudo parecer inaccesible y llena de misterios.
Por lo tanto, entre los motivos que impulsaron a los conquistadores a intentar inspeccionar los Andes occidentales venezolanos y orientales colombianos, estaba la ambición por encontrar en estas regiones el oro que necesitaban para mantener el sistema económico mercantilista, basado en la acumulación de metales preciosos.
Las primeras exploraciones realizadas en búsqueda de El Dorado, fueron las de Ambrosio Alfínger, Jorge Spira y Nicolás Federman, desde Coro, comisionados por las autoridades de la Provincia de Venezuela, partiendo de Coro, su capital. En realidad, no eran claros sus objetivos respecto al ingreso en los Andes venezolanos, sino que básicamente se desplazarían por diversas zonas del occidente venezolano y parte del actual territorio colombiano.
Sin embargo, estas expediciones constituirían un factor de avanzada para los futuros intentos de penetración en la Cordillera merideña.
Alfínger salió en 1531 desde Coro con rumbo a Maracaibo, al noroeste del actual territorio venezolano. En un primer intento, arribó al noreste del territorio colombiano, desplazándose luego por las riberas del río Magdalena, pero cometió un importante error, porque estas tierras son cenagosas, en vista de lo cual se vio obligado a regresar a Coro para reintentar la incursión en el centro-oriente colombiano.
Por segunda vez, Alfínger decidió seguir el mismo rumbo hasta el noroeste venezolano, para luego bordear la Sierra de Perijá, la Serranía de los Motilones, y finalmente la cordillera oriental colombiana, siempre al oeste del Lago de Maracaibo. Es probable que parte de su recorrido haya sido fluvial, a través de los ríos Limón, Algodonal, y Zulia. Finalmente arribó a una población cercana al valle de Cúcuta conocida como Chinácota, pero su muerte le impidió lograr uno de sus posibles objetivos, como era recorrer la Cordillera en sentido
noreste, hasta los Andes venezolanos. Según la geógrafa Ileana Parra, la expedición de Alfínger trajo importantes consecuencias, fundamentalmente respecto al conocimiento geográfico de la región por las autoridades del Nuevo Reino de Granada, lo que fue de suma utilidad para futuras exploraciones. Parra indica lo siguiente: “Laexpedición de Alfínger exploró la vertiente oeste de la cuenca lacustre y sentó el precedente de una salida fluvial desde Pamplona y los valles de Cúcuta hacia el Lago”.
A la vez que Alfínger realizaba la expedición ya mencionada, mandó a varios hombres a bordear la costa oriental del Lago de Maracaibo, llegando hasta la costa sur (lo que se conoce en la actualidad como Sur del Lago). Supuestamente, llegaron hasta la parte baja del río Chama, para lo cual tendrían que haber atravesado toda la zona cenagosa del sur lacustre, o en su defecto, haber navegado en pequeñas canoas. Ciertamente, las riberas lacustres estaban habitadas por pobladores indígenas antes de la llegada de los conquistadores, pero dependían fundamentalmente del medio acuático, por las dificultades que les imponía el medio físico. De cualquier manera, esta expedición de los hombres de Alfínger debió ser importante por dos aspectos: a) conocimiento de las riquezas lacustres; y b) conocimiento geográfico, en cuanto a la navegabilidad de ciertos ríos.
Como la Cordillera del Norte o Sierra La Culata bordea el Sur del Lago, los exploradores debieron divisarla, y en consecuencia, tuvieron cierta idea acerca de posibles comunicaciones intramontanas.
Jorge Spira salió en 1534 con sus tenientes Francisco Velasco y Nicolás de Palencia. Según Tulio Febres Cordero, “fueron (...) los primeros que, por los lados de Barinas, pisaron las faldas de las Sierras Nevadas”.
Spira y sus hombres se desplazaron hacia la población del Tocuyo, y de allí se conectaron con los Llanos occidentales venezolanos. En realidad recorrieron el piedemonte llanero, bordeando siempre la Cordillera merideña, ruta que les facilitó la observación de las Sierras Nevadas y la presencia de ciertos ríos transversales que descendían de los Andes, y cuyas abras podían resultar en vías naturales de comunicación. Así lo constataron, estando en territorios barineses, cuando Spira envió a su teniente Francisco Velasco para que siguiera el camino hacia la Sierra, recorrido del cual Baralt señala:
“Entrase seguidamente en la serranía por caminos asperísimos, con mil dificultades y trabajos, y al cabo de dos meses de continuadas fatigas hubo de penetrar a la Cordillera“.
Llegando Velasco a la falda de la serranía, envía a Nicolás de Palencia para que subiese a la cima de la montaña. Según Tulio Febres Cordero, había “ (...) mil quinientas fanegas de maíz, que encontró ocultas en un bohío cerca de un poblado indígena”.
Es probable que estas tierras hayan estado ubicadas en las actuales poblaciones Las Piedras y Santo Domingo, en la vía de Mérida a Barinas, ruta que fueron incapaces de seguir recorriendo, no por las dificultades del camino (que obviamente eran importantes), sino debido al cansancio y a las bajas de algunos soldados, después de haber recorrido grandes distancias desde Coro. Por lo tanto, Espira y sus tropas decidieron seguir su marcha con rumbo hacia los Llanos apureños y colombianos, llegando hasta las cuencas de los ríos Meta y Guaviare, y probablemente navegaron estos mismos ríos. Finalmente, Spira no pudo remontar la cordillera oriental colombiana, a pesar de que los ríos navegados nacían en dicha unidad orográfica.
Casi a la par de Jorge Spira, Federman también salió en busca de El Dorado, y lo intentó por diferentes rutas. Sin embargo, no fue su primera misión, ya que había sido delegado para explorar por el noreste del actual territorio venezolano. Posteriormente, Federman decide desplazarse por el piedemonte meridional andino y por los Llanos venezolanos, a través de rutas parecidas a las recorridas por Spira.
Al parecer Federman ni siquiera remontó parte de la cordillera merideña por algún valle transversal, como lo hiciera su predecesor, sino que exploró el occidente venezolano por la falda de la cordillera andina, recorriendo los llanos, y arribando a Bogotá, sin poder recorrer los Andes venezolanos. En este sentido, es probable que el recorrido haya sido realizado a través de los Llanos venezolanos y colombianos, primero por rutas fluviales, para luego remontar la cordillera colombiana a través de rutas terrestres. Por lo tanto, en vez de atravesar la Cordillera de Mérida a través de valles longitudinales, y conectar con el nudo orográfico de Pamplona, Federman y sus hombres se desplazaron
por rutas terrestres y fluviales en los Llanos venezolanos y colombianos, gracias a lo cual se ahorrarían grandes esfuerzos.
A pesar de que no consiguieron ingresar a las Sierras Nevadas en pleno, las expediciones de Federman y Spira fueron importantes, porque contribuyeron a establecer una primera aproximación en el conocimiento de algunos elementos físicos y humanos en la Cordillera merideña. Lo anterior es resumido por Luis Bastidas de la siguiente manera: “(...) trae como consecuencia que tanto en Venezuela como en el nuevo Reino de Granada se organizaran intentos por conquistar definitivamente las sierras nevadas”.
Adicionalmente, estos recorridos por los Llanos venezolanos, el piedemonte andino-llanero, y las planicies colombianas, han debido ser fundamentales en los siguientes aspectos: a) el posterior tráfico comercial entre la Provincia de Venezuela y el Nuevo Reino de Granada; y b) el establecimiento de comunicaciones entre los Llanos y los Andes venezolanos.
En 1547, el gobernador de El Tocuyo, Juan Pérez de Tolosa, organizó una expedición hacia las Sierras Nevadas, a cargo de su hermano Alonso Pérez de Tolosa. Uno de los motivos que impulsaron al Gobernador de El Tocuyo a realizar esta expedición, era que muchos españoles no disponían de tierras habitables y fértiles, y tenían la esperanza de conseguir suelos ricos en materiales preciosos, o por lo menos aptos para la agricultura. A diferencia de Spira y Federman, Tolosa si tenía el objetivo claro de tratar de ingresar a la Sierra Nevada; sin embargo, fracasó, aunque logró arribar a lo que es en la actualidad San Cristóbal, recorriendo parte del piedemonte andino-llanero, y las llanuras a través del río Apure, e ingresando al extremo suroeste de la Cordillera por los valles de los río Uribante y Torbes.
Según Tulio Febres Cordero, Tolosa nunca se atrevió a remontar la Cordillera: “no se atrevieron a trasmontar la serranía, que ya tenían a la vista, temerosos de su fragosidad, y continuaron la marcha con rumbo Apure (...)”.
Luego de la exploración de Alonso Pérez de Tolosa, se dieron diversas expediciones en busca de El Dorado, aunque ahora se concentrarían en Los Andes venezolanos, y aun mantendrían la presunción de que existía abundancia de metales preciosos.
En este sentido, hubo otros intentos para penetrar a los Andes venezolanos, tanto del Nuevo Reino de Granada, como de la Provincia de Venezuela, algunos de los cuales reseñaremos, incluyendo aquellos que pueden considerarse exitosos, como los de Juan Rodríguez Suárez y Juan Maldonado.
A grandes rasgos, el ansia en cuanto a la búsqueda de metales preciosos fue un factor preponderante para los primeros intentos de penetración y exploración de los Andes venezolanos, a lo que podemos agregar la necesidad del Nuevo Reino de Granada por conseguir una salida al Mar Caribe lo más expedita posible, (lo cual será analizado más adelante). Posteriormente, cuando penetran y exploran con éxito la Cordillera merideña, los conquistadores encontrarán tierras fértiles, y una importante concentración de población indígena disponible como mano de obra para el sistema económico colonial, elementos que caracterizarán la definitiva ocupación del espacio andino venezolano a partir del siglo XVI, y cuya importancia en un futuro no muy lejano se reflejará a través del proceso de implantación de toda la estructura colonial.
En el próximo punto detallaremos sobre la penetración en los Andes venezolanos, resaltando el papel de las rutas naturales de recorrido prehispánico en los proyectos de exploración y conquista.
EXPLORACIONES EN EL OCCIDENTE VENEZOLANO LA INCURSIÓN EN LA CORDILLERA A TRAVÉS DE DOS EJES DE POBLAMIENTO.
Describiremos las primeras incursiones exitosas de los españoles en los Andes venezolanos, partiendo del El Tocuyo en la Provincia de Venezuela, y de Pamplona en el Nuevo Reino de Granada, a modo de facilitar nuestra comprensión acerca de la importancia de la vialidad para los procesos de penetración y de exploración a los Andes merideños, en parte ya recorrida durante el periodo prehispánico.
PENETRACIÓN DESDE EL TOCUYO
El Tocuyo fue uno de los núcleos primarios de población en la Provincia de Venezuela, desde donde se llevaría a cabo la avanzada hacia los Andes trujillanos. Como ya señalamos, se realizaron varios intentos para ingresar en esta región, hasta que el capitán Diego García de Paredes incursionó con éxito, fundando por primera vez la ciudad de Trujillo. Pero García de Paredes ya tenía noticias del territorio trujillano, gracias a la exploración de su predecesor Juan de Villegas, hecho señalado por Tulio Febres Cordero:
“ El año de 1549. de orden de Juan de Villegas, hizo la primera entrada a la provincia de los Cuicas, términos que vinieron a ser de Trujillo, el contador del Tocuyo Diego Ruiz Vallejo, con ánimo de descubrir unas minas de oro en el valle de Boconó (...)”.
A diferencia de sus antecesores, García de Paredes no recorrió los Llanos, sino los valles interiores cordilleranos, o en su defecto las depresiones de Barquisimeto y Carora, siguiendo parte de los cursos de ríos como el Tocuyo, el Monay, y el Motatán, equivalente a menos tiempo en distancias más cortas, si lo comparamos con un posible desplazamiento por el piedemonte andino-llanero y luego por algunos
valles transversales. Si seguimos el relato de José Oviedo y Baños (quien a su vez tomó información de los cronistas Aguado y Simón), notaremos que García de Paredes y sus hombres se desplazaron desde El Tocuyo hasta los Andes trujillanos a través del occidente, y arribaron a una población indígena conocida como Escuque. En este caso, como la actual población de Escuque se ubica cerca del piedemonte andino-lacustre, en las cercanías del río Motatán, es posible que el asentamiento prehispánico haya tenido una ubicación parecida.
En consecuencia, García de Paredes y sus hombres pudieron haber bordeado las montañas larenses y trujillanas por el flanco septentrional, desplazándose primero al norte de El Tocuyo, para luego recorrer los valles longitudinales de ríos como el Villegas, el Monay, y el Motatán, hasta arribar a tierras trujillanas, fundando la ciudad de Trujillo, que luego sería mudada dos veces. En resumen,
según la apreciación de los cronistas, García de Paredes y sus hombres no intentaron desplazarse a través de los valles intramontanos, y más bien recorrieron una de las dos grandes franjas que bordean la Cordillera merideña, hacia el norte de la misma, tal vez motivados por la necesidad de explorar una región que, a diferencia de los Llanos occidentales, era casi totalmente desconocida para los conquistadores europeos. De cualquier manera, esta expedición no logró llegar al corazón de los Andes trujillanos, pero debió haber sentado un precedente para establecer la posterior comunicación entre parte de los Andes venezolanos y el Lago de Maracaibo.
PENETRACIÓN DESDE PAMPLONA
Al igual que la Provincia de Venezuela, el Nuevo Reino de Granada tuvo gran interés en penetrar, explorar, y colonizar los Andes venezolanos. Con este propósito, hubo varios intentos por parte de funcionarios autorizados por el Reino, hasta que el capitán Juan Rodríguez Suárez consiguió incursionar en tierras merideñas.
Sin embargo, las expediciones anteriores a la realizada por Suárez La antigua fracasaron notablemente, como señalaremos a continuación, aunque hubo varias exploraciones terrestres y fluviales en las primeras décadas del siglo XVI, algunas de las cuales partieron de Pamplona y permitieron conocer importantes rutas hacia el Lago de Maracaibo.
Esta ruta sería una de las más importantes para el comercio de Pamplona y áreas circundantes (actual Departamento de Santander), porque le evitó a sus pobladores grandes y dificultosos recorridos terrestres y fluviales hasta el Mar Caribe, en el noreste colombiano.
Ambrosio Alfínger fue uno de los primeros en tratar de explorar toda la ruta de Pamplona al Lago, sentando un precedente muy importante para el futuro del Nuevo Reino de Granada, y posteriormente para la jurisdicción venezolana. Luego, otras expediciones dieron a conocer totalmente la ruta, que constaba de
dos grandes tramos hasta el Lago de Maracaibo: uno terrestre, entre Pamplona o zonas circundantes y la confluencia de los ríos Zulia, y Pamplonita, conocida actualmente como Puerto Villamizar. De este lugar se navegaba hasta el río Catatumbo, y de aquí hasta el Lago.
Sin embargo, la ruta presentó dos problemas fundamentales: a) la resistencia indígena, dificultando incluso las labores de navegación; y b) durante el período de verano descendía mucho el nivel de las aguas, impidiendo el paso de naves de gran envergadura.
Como el tránsito comercial por el Lago de Maracaibo adquiría cada vez mayor importancia para el Nuevo Reino de Granada, los factores anteriormente mencionados obligaron a buscar nuevas rutas, para lo cual contaban con territorios al noreste de Pamplona, incluyendo los Andes venezolanos. En este sentido, ya contamos con dos elementos de peso para explicar la penetración de exploradores delegados por el Nuevo Reino en nuestros Andes; primero, la búsqueda frenética de El Dorado, y segundo, la ubicación de rutas expeditas hacia el Lago de Maracaibo, para facilitar la comercialización de diversos productos alimenticios y mercancías con puertos caribeños y con la Península Ibérica.
De esta manera, se iniciaban los procesos de penetración y exploración de los Andes venezolanos, lo que traería como consecuencia su posterior colonización. El capitán Juan de Maldonado fue el primero que intentó ingresar a los Andes venezolanos, al recorrer en parte la misma ruta que tiempo después seguiría Suárez desde Pamplona; sin embargo, fracasó por no encontrar una vía expedita que le permitiera el acceso a las Sierras Nevadas, a pesar de que a partir de la Depresión del Táchira, diversas vías naturales recorren la Cordillera merideña. Por lo tanto, es probable que Maldonado y sus
hombres se hayan impresionado ante una región montañosa desconocida hasta entonces, o que hayan tenido ciertos problemas logísticos, factores que bien pudieron influir en que los exploradores no localizaran las rutas más accesibles. Incluso, el cronista Fray Pedro de Aguado, señala que diferencias de criterio entre los soldados y Maldonado, trajeron como consecuencia el extravío aún antes de atravesar el valle de Cúcuta:
“(...) fue a salir a las sabanas y llanos de Cúcuta, tierras que al presente están en el camino y vía de Mérida, donde reconocieron haberse vuelto a entrar en término de Pamplona y haberles salido en vano todo su trabajo, por lo cual comenzaron los soldados a murmurar y blasfemar del capitán Maldonado (...)”.
Posteriormente, Andrés de Acevedo intentó hacer el recorrido hasta los Andes venezolanos, pero fracasó completamente, demostrando una gran ignorancia en materia geográfica, tal como señala Aguado en la siguiente cita:
“ (...) saliendo por el valle que llaman de los Locos, que por aquella parte son los últimos términos de Pamplona, y atravesando el río que llaman de Bochagua, y en sus nacimientos es llamado Chitagua, y en los llanos Zarare, pasó por algunas poblaciones bien raras y apartadas unas de otras, y fue a dar en una montaña muy espesa y llena de manglares (...)”.
Acevedo y sus hombres no pudieron atravesar esta zona montañosa semielvática, la cual, posiblemente era un área no recorrida por otros exploradores. Por lo tanto, decidieron regresar a Pamplona.
Luego de los intentos frustrados de Maldonado y Acevedo, Juan Rodríguez Suárez sale como tercer competidor en busca de ingresar a las “Sierras Nevadas”. Aventajando a los anteriores exploradores, Rodríguez Suárez recorre por “diferente camino y vía que los demás habían seguido”.
Suárez prosiguió el camino hacia los llanos de Cúcuta, desde donde continuó su recorrido por las vertientes del valle de San Cristóbal, desplazándose por el valle longitudinal del río La Grita, y de allí pasaron al valle del río Mocotíes, llegando a Bailadores, y luego al valle del Chama. En la parte media de este valle fundo por primera vez a Mérida, en un sitio cercano a la laguna de la población prehispánica de Zamú, en la actual Lagunillas.
Luego de permanecer un tiempo en esta población, Rodríguez Suárez siguió el curso del valle longitudinal del Chama, hasta llegar al valle alto y contactar con el río Motatán se destacan algunas exploraciones hacia los llamados pueblos del Sur, Cordillera del Norte o Sierra de La Culata. Puede apreciare que Rodríguez Suárez ingresó en los Andes merideños a través de los valles interiores cordilleranos o longitudinales, destacándose su desplazamiento por el valle del río Chama donde consigue una importante concentración de población, una importante vía natural de comunicación, a partir de la cual realiza algunas exploraciones. Es probable que Rodríguez Suárez comprendiera la importancia de esta ruta para la ocupación espacial de parte de los Andes venezolanos, y para diversas actividades coloniales, como el comercio. En consecuencia, las observaciones de Rodríguez Suárez sirvieron para futuras exploraciones, al aportar el conocimiento necesario acerca de un medio físico desconocido para los españoles.
La información hasta aquí reseñada es descrita con detalles por las antiguas crónicas. Sin embargo, para una investigadora como Claudine Kauman, las crónicas de Aguado y Simón, no son lo suficientemente explicativas en cuanto a los detalles de la vialidad que recorrieron los conquistadores al penetrar a los Andes venezolanos, puesto que en algunas partes de sus escritos los omiten, y en otras se limitan a indicar los obstáculos que tuvieron que atravesar. Según
Kauman, tales obstáculos no debieron ser gran impedimento, “ porque ya existían caminos construidos por los indígenas”.
En todo caso, si los conquistadores no hubieran recorrido rutas naturales, como aquellas por donde pudieron haberse desplazado los indígenas, hubiera sido difícil el ingreso a una región netamente montañosa como los Andes venezolanos, que, sin embargo, también ofrecía excelentes rutas a través de los principales valles fluviales. Además, para la época de la Conquista y Colonización en los Andes venezolanos, no había una tecnología comunicacional, como mapas y brújulas, que facilitara el acceso de los europeos a través de territorios desconocidos.
Posterior a la penetración de Juan Rodríguez Suárez a las Sierras Nevadas, Juan Maldonado, por orden de la Audiencia de Santa Fe de Bogotá, salió desde Pamplona en su búsqueda para aprenderlo, pues éste se extralimitó en sus funciones delegadas por las autoridades del Nuevo Reino. Era su segundo intento por ingresar a tierras merideñas, con la ventaja de que la principal ruta de recorrido había sido explorada por Rodríguez Suárez, lo cual favoreció en gran parte su éxito, debido a que esta expedición de avanzada facilitó el conocimiento geográfico de una región que no había sido explorada por los conquistadores, hasta el punto que le permitió a Maldonado, quien había fracasado totalmente en su primer intento de ingreso, arribar incluso mucho más allá de Mérida, y hasta poder realizar algunas exploraciones en la cuenca alta del Chama. Es más, Maldonado arribó a tierras trujillanas, pero no pudo conquistarlas, ante las pretensiones del capitán Francisco Ruiz, delegado por la Provincia de Venezuela. Ambos se encontraron en dichas tierras, y surgieron algunas disputas, hecho histórico fundamental del período colonial, no solo para los Andes venezolanos, sino para el Nuevo Reino de Granada la Provincia de Venezuela. En este sentido, se establecieron los límites entre el Corregimiento de Tunja y la Provincia de Venezuela, en el Alto de los Cuicas, sitio que se ubica entre las actuales poblaciones de Timotes y La Puerta.
En resumen, la penetración de Suárez y Maldonado en tierras andinas, así como sus futuras exploraciones en áreas especificas, no hubieran podido llevarse a cabo sin la facilidad de comunicación que históricamente ha brindado el valle longitudinal del Chama, tal como lo indica el sociólogo Amado Moreno Pérez:
“La ruta de penetración que utilizaron los conquistadores, tanto Rodríguez Suárez como Juan Maldonado, corresponde en líneas generales, a lo que es la carretera Trasandina, y de igual modo, a las vías que los indígenas tenían en su comunicación interna”.
RUTAS DE PENETRACIÓN COLONIAL EN LOS ANDES VENEZOLANOS
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EXPLORACIONES EN LACUENCAALTADELRÍO CHAMA
Reseñaremos las exploraciones que se realizaron en la cuenca alta del río Chama, luego que los conquistadores y colonizadores realizaron las primeras incursiones en diversas zonas andinas del actual territorio venezolano. Mencionaremos las posibles rutas de recorrido de los exploradores coloniales que partieron del valle alto del río Chama, para explorar con profundidad todo el espacio geográfico de la cuenca alta, y que permitió tener un conocimiento del territorio que posteriormente sería colonizado. Entre algunos aspectos, destacaremos las expediciones que se llevaron a cabo en la Sierra La Culata, donde los colonizadores pudieron haber divisado las costas del sur del Lago de Maracaibo, lo cual sería de suma importancia para el Nuevo Reino de Granada y para los intereses merideños, por constituir una estratégica salida al Mar Caribe, al facilitar el comercio de gran parte de los Andes venezolanos. También nos referiremos a exploraciones en la otra sierra paralela al río Chama, como es la Sierra Nevada.
En cuanto a la Sierra La Culata, describiremos las expediciones realizadas por Juan Rodríguez Suárez y Juan de Maldonado, quienes recorrieron parte de dicha Sierra, no sin antes haberse desplazado por el valle longitudinal del Chama. Rodríguez Suárez será el primero en explorar parte de esta Sierra. Al parecer, los hombres de Rodríguez Suárez exploraron el valle del río Mucujún, partiendo de la meseta de Mérida, según reseña Luis Bastidas:
“Rodríguez Xuárez explorando todo el Valle de Mérida; al llegar uno de sus caudillos a la quebrada de Los Alizares [se denomina así por la abundancia del árbol aliso], a la que más tarde llamaron de Carrasco, cerca de donde hoy se encuentra ubicada la población de El Valle, vía La Culata (...)”.
Esta vía corresponde a la actual carretera que comunica a Mérida con el valle del Mucujún, y según consta la crónica de Aguado, el camino fue desbaratado por los indígenas para evitar el paso de los agresivos conquistadores: “En la quebrada de los Alizares, que es más arriba de donde ahora está Mérida poblada, se empalaron dos indios sólo porque queriendo conservarse en sus tierras y casas habían cortado una cuchilla y atajado un camino que por ella iba para que los caballos no pudiesen pasar por ella”.
La segunda exploración que se llevó hacia los lados de la Cordillera Norte o Sierra La Culata, fue por parte de Maldonado, quien en su recorrido por valles transversales pudo divisar el sur del Lago de Maracaibo. Recordemos que para el Nuevo Reino de Granada era indispensable conseguir una salida expedita al Mar Caribe.
Maldonado se desplazó por el valle longitudinal del Chama, pasando por Mucuchíes hasta llegar al mal llamado Pico del Águila, en donde posiblemente tomó la ruta transversal del río Chirurí, arribando al Pueblo de la Sal (actual Piñango), como fue conocida esta población por los españoles, debido a que al llegar Maldonado, sus habitantes le ofrecieron sal. En este lugar, Maldonado y sus hombres se estuvieron algunos días, mientras que Alonso Desperanza fue enviado a incursionar hacia la costa sur del Lago a través de una ruta natural
que comunica a Piñango con dicha costa, logrando su objetivo, al arribar primero al asiento de los indígenas torondoyes, y luego siguiendo el valle del río Torondoy hasta las riberas del Lago. Según Luis Bastidas, aún se recorre parte del camino: “Entre Piñango y Caja Seca se encontraban los torondoyes (aún en nuestros días es usado el camino prehispánico que comunica Piñango y Torondoy) (...)”.
Sin embargo, Desperanza se vio obligado a retornar al Pueblo de la Sal, debido a que su tropa fue atacada por los Bobures que vivían a orillas del lago. De esta manera, Maldonado exploró todo el valle de la sal, y luego siguió su recorrido hacia el noreste, hasta Timotes.
A pesar de no tener una información precisa sobre las exploraciones coloniales hacia la Sierra Nevada, o como dirían en el período colonial, hacia la otra banda del río Chama, es probable que sí se hayan realizado algunas expediciones, al igual que hacia la sierra La Culata. El problema es que no contamos con información específica acerca de los primeros exploradores, que presumiblemente fueron los primeros encomenderos. Simplemente contamos con la información que recabaron algunos funcionarios delegados por las autoridades virreinales, como los visitadores, los cuales no solo se dedicaron a
vigilar la actuación de los encomenderos y ayudar a la organización del espacio, sino que se preocuparon por algunos aspectos específicos, como la vialidad, fundamental para garantizar el control de las nuevas unidades poblacionales y productivas indígenas, facilitando al mismo tiempo los constantes recorridos de estos funcionarios a lo largo del período colonial.
En este sentido, los funcionarios coloniales debieron haber recorrido diversos caminos para inspeccionar y organizar el espacio donde residían los indígenas, muchos de los cuales ya estaban agregados a encomiendas. El interés de las autoridades coloniales por el sistema vial, se expresa a través de los recorridos que pudieron haber realizado algunos visitadores, y que seguramente ya no serían de carácter exploratorio, pero debieron haber sido los mismos que recorrieron los primeros encomenderos que hicieron los repartimientos en la Sierra Nevada, específicamente en Mucuchíes y áreas circundantes. Algunos de dichos recorridos están reseñados en documentos del siglo XVII, compilados en la Colección Los Andes, gracias al Hermano Nectario María, donde se reseña, por ejemplo, los recorridos de los visitadores en 1655 hacia las encomiendas de Mocao, y otras ubicadas hacia el sur de Mucuchíes:
“(...) y luego va corriendo el dicho resguardo desde el dicho rio de Chama atravesándole y pasando de la otra banda del hasta llegar a un quebrada que llaman Mucuyao y por otro nombre Mocaho que entra en el dícho rio de Chama y por la dicha quebrada arribahasta lo alto del paramo y peñas que llaman Mucuguaguo y de alli bajando hasta dar en la quebrada Mucumbas que entra en el dicho rio grande de Chama (...)”.
Presumiblemente arribaron a una población conocida como Gavidia (en el páramo mencionado en la cita), desplazándose por el valle longitudinal de la quebrada del mismo nombre. Hay que tener en cuenta que dicha localidad está enclavada en una encrucijada, que la comunica con Mucuchíes, con el piedemonte andino-llanero, y con otras poblaciones del valle del Chama. Como sabemos, parte del comercio colonial andino merideño se hacía con Barinas, repercutiendo en la importancia de las exploraciones en la Sierra Nevada, que han debido contribuir al conocimiento de la vialidad que comunicaba, por ejemplo, a Mucuchíes con el poblado de Pedraza.
CONSIDERACIONES FINALES
En este primer acercamiento al estudio de la antigua vialidad andina venezolana y su relación con el poblamiento colonial, hemos analizado la relevancia del medio físico para los procesos de penetración y exploración del espacio andino en general. En tal sentido, diversos accidentes geográficos dificultaban o facilitaban el ingreso de los primeros conquistadores españoles. De esta manera, los europeos después de varios intentos de penetración en los Andes venezolanos, comprendieron que las rutas de tránsito más apropiadas eran los principales valles fluviales longitudinales y transversales, como era el caso del valle del río Chama. Desplazándose por este último, los conquistadores se asombraron ante la importante presencia de población indígena, que aprovechaba las riquezas naturales y las facilidades comunicacionales de la cuenca del Chama con otras zonas de lo que es actualmente Venezuela.
Al penetrar y explorar los Andes venezolanos, los conquistadotes echaron las bases del proceso colonizador, porque el conocimiento geográfico de esta región les permitió, entre otras cosas: a) organizar el espacio de acuerdo a los intereses coloniales, tomando ventaja de la ubicación de algunos poblados prehispánicos; y b) recorrer o construir una serie de rutas que darán vida a los circuitos económicos que comunicarán los Andes, Barinas, y Maracaibo.
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SENDERISMO II

SENDERISMO II
Comenzar a andar y dejarse llevar, pero respetando el entorno Excursionismo o tambien el senderismo es una de las actividades que nos hemos propuesto en la Tropa San Pablo, por combinar el contacto directo con la naturaleza y un ejercicio tan intenso como lo desea quien lo practica.
En principio, el senderismo no exige una preparación excesiva ni un molesto o largo desplazamiento hasta el lugar en el que practicarlo: un recorrido por montes y bosques cercanos, o un fin de semana conociendo a pie parajes naturales son suficientes para un primer contacto con este deporte. A medida que se hace acopio de conocimientos técnicos, experiencia y resistencia física se puede aumentar la longitud y dificultad de las rutas. El calzado, básico. El elemento básico para el senderismo es el calzado. Aunque cualquier calzado cómodo sirve para andar por un camino en buen estado durante un par de horas, si pretendemos hacerlo durante todo el día, considerando que en nuestra ruta encontraremos toda clase de terrenos, deberemos elegir un calzado más apropiado. La oferta del mercado es amplísima, aunque siempre habremos de optar por uno que agarre bien el tobillo. Para quien piensa adquirir calzado específico para senderismo, lo más conveniente es consultar con un experto que le asesore sobre los tejidos de última generación y sobre qué tipo de bota o zapatilla de trekking se adapta mejor a sus necesidades.En el caso de terrenos escarpados, es bueno elegir un calzado con agarre, estos preferiblemente se usan altos es decir botas para caminos.
Que son los que cuidan el tobillo en si.El morral es también importante, aunque para salidas de un día no se precisa nada especial: algo de comida, una gorra, un teléfono móvil, un botiquín básico y ,según la época del año, una prenda de abrigo, lentes de sol y un impermeable. Por supuesto, no hay que olvidar el agua. Y si en el camino encontramos fuentes (de agua potable, ojo) conviene aprovecharlas para beber y llenar la cantimplora, nunca se sabe dónde hallaremos otra. Hábitos elementales Algunos resultan decisivos para que el primer contacto con el senderismo nos deje un buen recuerdo y nos anime a repetir la experiencia. Además de conocer teóricamente la ruta y estar bien equipado, hay que aprender a dosificarse.
Por ejemplo, no debemos afrontar la subida a un monte sin haber asentado el hábito de andar (cuesta arriba) durante varias horas. En el senderismo deviene esencial no agotar las fuerzas y caminar relajado, por lo que no hay que frustrarse si al comienzo las piernas no responden y las pendientes se eternizan. Poco a poco se irá cogiendo resistencia y potencia. Tampoco hay que olvidar el calentamiento: el buen senderista sabe que antes y después de comenzar a andar hay que efectuar estiramientos para adecuar los músculos al esfuerzo. Sortear los obstáculos El senderismo no es un deporte extremo, pero requiere de una técnica superior a la del mero caminar. Lo primero que debemos aprender es a mantener la calma si surge algún problema. Y saldremos más fácilmente de las situaciones difíciles si no olvidamos el teléfono móvil, dejamos señalado a nuestra familia o amigos adónde nos dirigimos y si caminamos siempre acompañados. Para cruzar un río (sólo si la corriente no entraña peligro y la profundidad no supera la rodilla), se avanza de piedra en piedra con un pie detrás del otro, buscando el equilibrio dinámico. Al descender pendientes, hay que bajar mirando a la pendiente y clavando los talones a cada paso para guardar el equilibrio, y evitar las caídas o el rodar incontroladamente. También para las subidas hay truco: tomarlas con calma, con pasos cortos y caminando en zig-zag. Es preferible evitar las zonas de zarzas, arbustos espesos y matorrales, ya que salir de ellos puede resultar agotador e implicar que terminemos llenos de arañazos. Además, en estas zonas es más fácil perder la orientación. Si nos desorientamos y no encontramos la siguiente marca en una roca o árbol, tengamos en cuenta los puntos cardinales: el sol sale por el Este, se pone por el Oeste y está al Sur. Los musgos de los árboles proporcionan otra pista: indican el Norte. Si cae la niebla, una de las mas peligrosas dificultades que presenta la montaña, hay que descender hasta buscar un río y seguirlo, pues siempre nos llevará a una población. Si nos sorprende una tormenta eléctrica, evitemos los lugares altos, y habremos de deshacernos de los objetos de metal además de buscar un descampado para alejarse de los árboles. Si cae la noche, lo mejor es buscar un refugio entre los árboles y quedarse quieto hasta que amanezca.
Senderismo respetuoso con la naturaleza
- No abandone ni entierre la basura. Deposítela en un punto de recogida. Recoja los desperdicios que encuentre, aunque no sean suyos.
- Cuidado con el fuego. No encienda fogatas, ni siquiera en lugares habilitados para ello. Lleve la comida preparada.
- Respete y cuide las fuentes, ríos y otros cursos de agua. No vierta en ellos jabón, detergente, productos contaminantes ni residuos de ningún tipo.
- No acampe por libre. Respete los lugares destinados a ello. No destroce el suelo cavando zanjas o agujeros alrededor de la tienda: estropean el terreno y no sirven de nada. - Marque la ruta. Si se ha apoyado en el montículo que señala la ruta, o se percata que éste ha perdido rocas, añada una o dos más para mantenerlo.
- No arranque flores, ramas, ni moleste a la fauna. Muchos animales y plantas están protegidos por la ley, recuérdelo.
- Cierre portones, guitarras, trancas, puertas de cabaña, etc., que encuentre por el campo, para evitar el paso de ganado u otros animales.
- Cruce las tierras de pasto por los senderos y no pise el sembrado.
- Respete los caminos. Los atajos deterioran el suelo y crean barranqueras que pueden hacer desaparecer el sendero original.
- Los perros deben ir atados para que no molesten a otros caminantes, ni asusten al ganado u otros animales.
Scouts San Pablo - Tropa Masculina
http://www.scoutsanpablo.org
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Generado: 20 May, 2008, 18:50
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domingo, 22 de junio de 2008

SENDERISMO

SENDERISMO

Comenzar a andar y dejarse llevar, pero respetando el entorno: Senderismo
A camino entre deporte, paseo y viaje, el senderismo es una de las actividades de ocio que más adeptos gana en estas fechas, por combinar el contacto directo con la naturaleza y un ejercicio tan intenso como lo desea quien lo practica
En principio, el senderismo no exige una preparación excesiva ni un molesto o largo desplazamiento hasta el lugar en el que practicarlo: un recorrido por montes y bosques cercanos, o un fin de semana conociendo a pie parajes naturales son suficientes para un primer contacto con este deporte. A medida que se hace acopio de conocimientos técnicos, experiencia y resistencia física se puede aumentar la longitud y dificultad de las rutas.
Federaciones de montaña y organizaciones ecologistas coinciden en señalar que se trata de una práctica cada vez más popular, pero que se realiza frecuentemente de forma indebida. Quienes visitan esporádicamente las zonas propicias para el senderismo no siempre se percatan de las agresiones a las que pueden someter a estos parajes naturales y olvidan uno de los principios básicos del senderismo: el respeto al medio ambiente.
Tipos de senderos
Un sendero es un itinerario diseñado para visitar lugares de interés paisajístico, cultural, turístico, histórico y social a través de caminos o pistas.
Se distinguen cuatro tipos:
· Senderos de Gran Recorrido (GR): de distancia superior a los 50 kilómetros, su señalización (en rocas y árboles) es blanca y roja. Aparecieron en Cataluña hace casi veinticinco años, debido a su vecindad con Francia, donde el proyecto había avanzado mucho a partir de 1945. El GR 7 -primer gran recorrido español- comenzó a ser balizado en 1974, pero hasta mediados de los ochenta no se crearon en nuestro país comités de senderos dentro de las federaciones territoriales de montañismo.
· Senderos de Pequeño Recorrido (PR): su distancia es de entre 10 y 50 kilómetros, y se señalizan en blanco y amarillo.
· Senderos Locales: no superan los 10 kilómetros y se indican en blanco y verde.
· Senderos Urbanos: circunscritos a un ámbito urbano, su señalización es amarilla y roja.
El calzado, básico
El elemento básico para el senderismo es el calzado. Aunque cualquier calzado cómodo sirve para andar por un camino en buen estado durante un par de horas, si pretendemos hacerlo durante todo el día, considerando que en nuestra ruta encontraremos toda clase de terrenos, deberemos elegir un calzado más apropiado. La oferta del mercado es amplísima, aunque siempre habremos de optar por uno que agarre bien el tobillo. Para quien piensa adquirir calzado específico para senderismo, lo más conveniente es consultar con un experto que le asesore sobre los tejidos de última generación y sobre qué tipo de bota o zapatilla de trekking se adapta mejor a sus necesidades.
La mochila es también importante, aunque para salidas de un día no se precisa nada especial: algo de comida, una gorra, un teléfono móvil, un botiquín básico y ,según la época del año, una prenda de abrigo, gafas de sol y un impermeable. Por supuesto, no hay que olvidar el agua. Y si en el camino encontramos fuentes (de agua potable, ojo) conviene aprovecharlas para beber y llenar la cantimplora, nunca se sabe dónde hallaremos otra.
Hábitos elementales
Algunos resultan decisivos para que el primer contacto con el senderismo nos deje un buen recuerdo y nos anime a repetir la experiencia. Además de conocer teóricamente la ruta y estar bien equipado, hay que aprender a dosificarse. Por ejemplo, no debemos afrontar la subida a un monte del Pirineo sin haber asentado el hábito de andar (cuesta arriba) durante varias horas. En el senderismo deviene esencial no agotar las fuerzas y caminar relajado, por lo que no hay que frustrarse si al comienzo las piernas no responden y las pendientes se eternizan. Poco a poco se irá cogiendo resistencia y potencia. Tampoco hay que olvidar el calentamiento: el buen senderista sabe que antes y después de comenzar a andar hay que efectuar estiramientos para adecuar los músculos al esfuerzo.
Sortear los obstáculos
El senderismo no es un deporte extremo, pero requiere de una técnica superior a la del mero caminar. Lo primero que debemos aprender es a mantener la calma si surge algún problema. Y saldremos más fácilmente de las situaciones difíciles si no olvidamos el teléfono móvil, dejamos señalado a nuestra familia o amigos adónde nos dirigimos y si caminamos siempre acompañados. Para cruzar un río (sólo si la corriente no entraña peligro y la profundidad no supera la rodilla), se avanza de piedra en piedra con un pie detrás del otro, buscando el equilibrio dinámico. Al descender pendientes, hay que bajar mirando a la pendiente y clavando los talones a cada paso para guardar el equilibrio, y evitar las caídas o el rodar incontroladamente. También para las subidas hay truco: tomarlas con calma, con pasos cortos y caminando en zig-zag. Es preferible evitar las zonas de zarzas, arbustos espesos y matorrales, ya que salir de ellos puede resultar agotador e implicar que terminemos llenos de arañazos. Además, en estas zonas es más fácil perder la orientación. Si nos desorientamos y no encontramos la siguiente marca en una roca o árbol, tengamos en cuenta los puntos cardinales: el sol sale por el Este, se pone por el Oeste y está al Sur. Los musgos de los árboles proporcionan otra pista: indican el Norte. Si cae la niebla, una de las mas peligrosas dificultades que presenta la montaña, hay que descender hasta buscar un río y seguirlo, pues siempre nos llevará a una población. Si nos sorprende una tormenta eléctrica, evitemos los lugares altos, y habremos de deshacernos de los objetos de metal además de buscar un descampado para alejarse de los árboles. Si cae la noche, lo mejor es buscar un refugio entre los árboles y quedarse quieto hasta que amanezca.
Senderismo respetuoso con la naturaleza
· No abandone ni entierre la basura. Deposítela en un punto de recogida. Recoja los desperdicios que encuentre, aunque no sean suyos.
· Cuidado con el fuego. No encienda hogueras, ni siquiera en lugares habilitados para ello. Lleve la comida preparada.
· Respete y cuide las fuentes, ríos y otros cursos de agua. No vierta en ellos jabón, detergente, productos contaminantes ni residuos de ningún tipo.
· No convierta la naturaleza en un taller, no cambie el aceite de su coche ni lo lave en una acequia.
· No acampe por libre. Respete los lugares destinados a ello. No destroce el suelo cavando zanjas o agujeros alrededor de la tienda: estropean el terreno y no sirven de nada. - Marque la ruta. Si se ha apoyado en el montículo que señala la ruta, o se percata que éste ha perdido rocas, añada una o dos más para mantenerlo.
· No arranque flores, ramas, ni moleste a la fauna. Muchos animales y plantas están protegidos por la ley, recuérdelo.
· Utilice el vehículo de motor lo menos posible, úselo para desplazarse por carretera y sólo lo imprescindible por pistas, y si lo hace circule despacio y sin salirse de ellas. El ruido también es una forma de contaminación, por tanto, evite generar ruido con su vehículo.
· Cierre portones, verjas, trancas, puertas de cabaña, etc., que encuentre por el campo, para evitar el paso de ganado u otros animales.
· Cruce las tierras de labranza por los senderos y no pise el sembrado.
· Respete los caminos. Los atajos deterioran el suelo y crean barranqueras que pueden hacer desaparecer el sendero original.
· Los perros deben ir atados para que no molesten a otros caminantes, ni asusten al ganado u otros animales.
http://revista.consumer.es/web/es/20010401/medioambiente/28191.php
El senderismo es una actividad consistente en caminar, sea con propósitos exploratorios o por el disfrute sensorial de los alrededores.
El objetivo del senderista es realizar actividad física en contacto con la naturaleza. Hoy en día, se utiliza con mucha frecuencia el término en inglés trekking. El trekking o senderismo ha tenido una gran difusión debido a que es una propuesta de fácil realización, poco equipamiento y da la posibilidad de estar en contacto con la naturaleza. Dentro del equipamiento, se sugiere: un buen par de botas, ropa cómoda, mochila o bolso para llevar provisiones, agua, lentes, sombreros, bastones. No hay que olvidar la crema protectora. La exposición prolongada al sol, puede producir quemaduras, incluso si el día está nublado.
Existen rutas previamente balizadas con las señales homologadas por la European Ramblers Association (ERA).[1] Esas rutas suelen editarse en topoguías, y llevan una numeración correspondiente al número de orden registrado en el territorio correspondiente para ese tipo de sendero: Gran Recorrido (GR), Pequeño Recorrido (PR), Sendero Local (SL) ó Sendero Urbano (SU). La duración puede ser de un par de horas hasta varios días.
http://es.wikipedia.org/wiki/Senderismo

miércoles, 18 de junio de 2008

CAMINATA LA ASOMADA - LLANO DEL HATO- MITIVIVO - LA TOMA ALTA - MISINTA -MUCUCHIES -MERIDA VENEZUELA














































































La ruta se inicia en la salida del Valle de Mifafí, sector La Asomada en la carretera Trasandina entre Mucuchíes y San Rafael de Mucuchíes, se avanzan quinientos metros bajando hacia Mérida, para desviarse a la derecha por la carretera de penetración agrícola que conduce hacia el Llano del Hato, lugar en el que está construido el complejo del observatorio astronómico SIDA, sitio importante para el estudio astronómico y para el esparcimiento y educativo de lugareños y visitantes del estado Mérida. Desde este sitio se observan paisajes únicos del páramo merideño en los que se combina la belleza de la naturaleza con el trabajo activo y creador de los pobladores, representados en los cultivos, las carreteras, viviendas que distribuidos parecen parte de un pesebre majestuoso.

La carretera pavimentada en buen estado, conduce a la aldea de Mitivivó, sitio esplendoroso de impresionante belleza, es un lugar semi plano, ubicado sobre una meseta en la que se concentran un conjunto de viviendas con su capilla católica y la amabilidad de los pobladores.

Se continua el camino por un sendero a campo traviesa recorriendo veredas y senderos que conducen hasta el sector de La Toma, desde allí se desvía nuevamente hacia la derecha por la carretera de penetración agrícola construida en paralelo con la carretera principal Trasandina, luego de remontar varias pequeñas subidas, planeos y descensos que hacen de la travesía propicia y divertida para el ciclismo de montaña por recorrer 15 kilómetros aproximadamente se alcanza el sector de Misintá uno de los lugares más antiguos de esta parte del páramo.

Desde Misintá se comunica con a población de Mucuchíes, capital del municipio Rangel, lugar con tradición histórica y cultural que se origina de los abrevaderos de la sociedad aborigen prehispánica con abolengo histórico de varios cientos de años, para servir de base a la cultura colonial europea que consiguió en estos lares el ambiente propicio que recordaba y les proporcionaba a los europeos las condiciones climáticas de la Europa Alpina.

lunes, 16 de junio de 2008

PICO EL COLLADO DEL CONDOR PUEBLO DE PIÑANGO SIERRA LA CULATA MERIDA VENEZUELA












































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































CAMINATA EL COLLADO DEL CONDOR (PICO EL AGUILA) – PIÑANGO SIERRA LA CULATA MERIDA VENEZUELA

La situación del collado del Cóndor ( Pico El Águila) para marzo de dos mil ocho es crítica en lo ambiental por cuanto la masiva y continua visita de turistas propician la contaminación por desecho de basura; otro aspecto negativo para el medio que deriva del turismo no planificado y de la permisología otorgada para la construcción de hoteles con diseños arquitectónicos que no está en consonancia con la arquitectura propia de la región y produce contaminación visual, otro aspecto que se observa a simple vista producto de los procesos agrícolas de carácter industrial y de alto impacto es la grave contaminación de los cursos de agua y del suelo, se observa la existencia de procesos erosivos de las montañas producto de la ausencia de planes y programas conducentes a evitar y corregir procesos erosivos del suelo
http://www.tatuy.wordpress.com/
En el año noventa y cuatro “el basurero más alto de Venezuela que se ubicaba cerca del Collado del Cóndor (Pico El Águila).
http://www.mi/ punto.com.
En el macizo de la Sierra La culata a 4118 msnm constituye el punto más alto de la carretera trasandina. La estatua de un cóndor real conmemora el paso de Simón Bolívar y su ejército Libertador por los andes Venezolanos en 1813 durante la Campaña Admirable.
http://www.news.bbc.co.uk/
El páramo de Piñango. A casi 4000 msnm existe en Venezuela un tesoro escondido poblado por formaciones vegetales que pueden alcanzar más de cien años y cuyas hojas parecen “terciopelo”. La caminata hacia el pueblo de Piñango o Pueblo de la Sal se inicia en el Collado del Cóndor ( Pico el Águila), se transita hasta el pueblo por carretera pavimentada, otra parte de tierra y la que se corresponde con el tramo final para llegar a Piñango con recubrimiento de cemento, la carretera está construida por terrenos de inigualable belleza que en algunos meses del año ( agosto) está cubiertos por nevadas que cubren las montañas del lugar, el transito por esta vía se debe hacer considerando normas de seguridad por cuanto la bajada es pronunciada y en muchos de los lugares solo cabe un vehiculo, con curvas pronunciadas y peligrosas.
En cuanto a las personas que transitan por el lugar deben llevar suficiente vestuario para el abrigo, el vehículo debe estar en buen estado debido a que la distancia entre el Collado del Cóndor y el pueblo de Piñango de mas de treinta kilómetros lo que facilita la caminata, el caminante debe llevar suficiente agua para el consumo por cuanto en el camino no se consigue el líquido con abundancia y en buenas condiciones sanitarias, la provisión de alimentos que debe llevar el caminante satisface para ocho o nueve horas de caminata.
El paisaje es maravilloso en el que se parecía la vegetación propia de páramo para pisos térmicos que se distribuye desde los 4200 msnm en el collado del Cóndor hasta los 1800 msnm en el Pueblo de Piñango además de la flora, se observan numerosas especies de animales, unos a simple vista, otros de menor tamaño ye escasos que requieren de la búsqueda con detenimiento y esfuerzo para lograr su avistamiento.
En la medida que se desciende se observan caminos en la montaña que conducen a diversos lugares en el páramo como el que va desde El Valle de Mifafí hasta la aldea de Mucumpis, Santa Apolonia, la razón es que desde tiempos precolombinos estas montañas son surcadas por numerosos caminos que constituyen una red de caminos que comunicaban a Mérida, parte de Trujillo, Barinas, Apure, parte del Oriente de Colombia para comunicarse entre si y con el sur del lago de Maracaibo.
El pueblo de Piñango es pequeño situado en un estrecho valle en forma de V que impide el crecimiento y ampliación,, que no sea longitudinalmente de forma estrecha , por lo que posee dos calles en ese sentido , su origen es prehispánico en el que se concentraba población aborigen dedicada a la agricultura, al artesanía y el comercio, especializados en un producto para ese momento muy importante desde el punto de vista económico y estratégico como era la sal, traída desde las costas del lago de Maracaibo y el Mar Caribe. Con la llegada de los españoles comandados por Juan de Maldonado en la búsqueda de minas de oro y plata se conformó en un punto estratégico de carácter militar, de doblamiento, de comercio, de control de los aborígenes y era el límite del Virreinato de Nueva Granada con la Capitanía General de Venezuela. Por lo que se asentó allí una importante población española que se dedico al cultivo de trigo, luego de café que le dieron vida a la comarca, doblamiento que se observa en la presencia de antiguas caserones con diseño arquitectónico propio de la colonia, casas amplias con habitaciones construidas alrededor de un patio interno, con amplios corredores, con pisos de madera o de piedra, que son sustituidos por lozas de arcilla quemada. Las casas tienen un acceso lateral para el ingreso de las bestias, del ganado vacuno en los que eran depositados hasta llevarlos a las respectivas haciendas. Este pueblo debe ser considerado por las autoridades del municipio Rangel y del estado Mérida para el establecimiento de normas que permitan mantener las viviendas construidas en su diseño original y las nuevas que conserven la arquitectura propia del lugar.
Cuenta con la iglesia católica de estilo colonial, tiene buen mantenimiento, y un sacerdote fijo.
La población en su mayoría se dedica al trabajo agropecuario, actividad que se desarrollo en la colonia que parte de la encomienda, el resguardo de pueblo y las grandes haciendas dedicas en el inicio de la colonia a la siembra de trigo, cebada, avena, papa, arbejas, habas en la parte fría por encima de los 2000 msnm, por debajo de esa cota los cultivos de café, caña de azúcar, frutos menores, luego se introdujeron los cultivos hortícola con carácter comercial.
El pueblo de Piñango se le conoce como el pueblo de la sal, la razón la explican sus habitantes y cronistas en razón de: la existencia en el sector de una mina de sal, que producto de un terremoto desapareció y cayo en desuso, la otra más creíble es la de constituirse en un lugar de depósito de sal traída desde las costas del Mar Caribe y que sus aborígenes comerciaban por productos de otras poblaciones de Mérida, Barinas, Trujillo y Parte del Oriente de Colombia.
Los visitantes al pueblo son atendidos con amabilidad y cordialidad por sus habitantes, para ello existen servicios de restaurante hogareños, posadas con habitaciones confortables, lencería, camas en buen estado, agua caliente, baños limpios atendidos por sus dueños que se desviven por gradar a los visitantes, como es el caso de la Sra. Lucia que prepara la especialidad la pizca andina, plato típico de la comida merideña. En la época de Semana Santa se juega el bolo, diversión traída por los españoles y que los vascos la practican con devoción y en la que los ciudadanos de este pueblo se distinguen por su destreza y experticia.