domingo, 20 de julio de 2008

LOS RIESGOS DE MOJARSE AL AIRE LIBRE

Al igual que pasa con la nieve, el agua caída del cielo puede ser una bendición o una maldición para alguien que está realizando una actividad al aire libre. En ciertos casos concretos, sin embargo, no hay duda de que mojarse en la naturaleza constituye un riesgo que debe ser evitado.
No puede compararse una salida o excursión de unas pocas horas lejos de la ciudad o el lugar en donde dejamos nuestro vehículo, es decir, de ropa seca, abrigo y asistencia sanitaria; que una excursión o expedición de varios días o incluso semanas de duración, donde el abrigo, la ropa seca y la asistencia médica son algo lejano e inaccesible por un largo período de tiempo.

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos decir que incluso en verano, mojarse no será la mejor opción en actividades terrestres al aire libre. Lo que en la ciudad puede no pasar de un pequeño resfriado, puede traer consecuencias graves si estamos al aire libre durmiendo al raso, sufriendo un enfriamiento cuando ya no calienta el sol, o por estar expuestos a condiciones climáticas adversas sin ropa de recambio o tiempo para que la que tenemos se seque. Incluso en lugares en los que la lluvia se considera un regalo del cielo, como en los desiertos, mojarse con una repentina y violenta lluvia justo antes de que caiga la noche puede ser un verdadero peligro (recordemos que en los desiertos las temperaturas nocturnas bajan violentamente). El riesgo pasa a ser entonces desde enfermedades derivadas de un enfriamiento (resfriados , constipados, neumonía, etc.) pasando por hipotermia o congelaciones de las partes del cuerpo más distales y aisladas.
Por eso, para todos aquellos amantes de las buenas costumbres que debe tener un potencial superviviente, recomendamos que incluso en salidas cortas de pocas horas o un día, con vehículo de apoyo o refugio calefaccionado al cual llegar, no se tomen la costumbre de tomar a la ligera el mojarse al aire libre. Más bien, en casos como esos debe aprovecharse para probar y encontrar la mejor forma en que se pueda evitar mojarse con el uso de ropa impermeable y transpirable, ponchos, etc., en función de si se usa o no mochila, si se camina o no por terrenos fangosos o nevados, etc.

De esta forma, cuando estemos en una situación en que no mojarnos sea una prioridad, tendremos una cierta experiencia de como evitarlo, y así maximizar nuestras posibilidades de disfrutar de una experiencia al aire libre.
http://www.andinia.com/articles/al_aire_libre/actividades/a23951.shtml

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