Evidentemente, salir al aire libre sin tener en cuenta que allí la iluminación artificial es un medio limitado, y la mayor parte del tiempo inexistente, es cometer un error típico de ciudadano no acostumbrado al campo que hay que evitar. El caso extremo en donde la luz es absolutamente imprescindible lo constituyen las actividades espeleológicas, no exactamente al aire "libre", pero sí actividades en el medio natural.
Pero sin llegar a estos extremos, en cualquier otra actividad de multivamentura, cuando el sol se pone la luz la tenemos que poner nosotros...ya sea en forma de linternas en nuestras bicicletas, en nuestras manos o en nuestras cabezas, ya sea en forma de fogata, fogón u hornillo, pero no podemos confiar en que la Luna nos ilumine (aunque muchas veces lo hará, si las nubes lo permiten).
Por cuestiones de seguridad por tanto, siempre hay que planificar los itinerarios para salir y llegar de día a nuestro destino. Cuando se trata de actividades de más de un día en las que haya que preparar un campamento para pasar la noche, esto es más necesario todavía, ya que se precisará de algunas horas de luz extras para poder organizar dicho campamento para dormir, prender el fuego y/o cocinar según el caso.
Pero incluso en salidas de un día (y precisamente en salidas de un día) subestimar las horas de luz disponibles suele ser una de las principales causas de emergencias: al irse la luz, nos perdemos "en medio de la nada", empieza a hacer frío y resulta que no llevábamos más que ropa "para caminar de día", no tenemos linterna, etc... Si resulta que llevamos un grupo, la cosa se complica, porque seremos responsables de un incidente simplemente por no haber anticipado algo tan obvio como que el sol se oculta cada unas cuantas horas... Si estamos en un grupo y nuestros "Guías" hacen algo como esto por simple desidia y no por cuestiones puntuales que no pudieron prever (por ejemplo, un accidente los retraza) lamentablemente comprobaremos de la peor manera que no elegimos a los Guías adecuados...
http://www.andinia.com/articles/al_aire_libre/actividades/a23835.shtml
Pero sin llegar a estos extremos, en cualquier otra actividad de multivamentura, cuando el sol se pone la luz la tenemos que poner nosotros...ya sea en forma de linternas en nuestras bicicletas, en nuestras manos o en nuestras cabezas, ya sea en forma de fogata, fogón u hornillo, pero no podemos confiar en que la Luna nos ilumine (aunque muchas veces lo hará, si las nubes lo permiten).
Por cuestiones de seguridad por tanto, siempre hay que planificar los itinerarios para salir y llegar de día a nuestro destino. Cuando se trata de actividades de más de un día en las que haya que preparar un campamento para pasar la noche, esto es más necesario todavía, ya que se precisará de algunas horas de luz extras para poder organizar dicho campamento para dormir, prender el fuego y/o cocinar según el caso.
Pero incluso en salidas de un día (y precisamente en salidas de un día) subestimar las horas de luz disponibles suele ser una de las principales causas de emergencias: al irse la luz, nos perdemos "en medio de la nada", empieza a hacer frío y resulta que no llevábamos más que ropa "para caminar de día", no tenemos linterna, etc... Si resulta que llevamos un grupo, la cosa se complica, porque seremos responsables de un incidente simplemente por no haber anticipado algo tan obvio como que el sol se oculta cada unas cuantas horas... Si estamos en un grupo y nuestros "Guías" hacen algo como esto por simple desidia y no por cuestiones puntuales que no pudieron prever (por ejemplo, un accidente los retraza) lamentablemente comprobaremos de la peor manera que no elegimos a los Guías adecuados...
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