martes, 1 de junio de 2010

HISTORIA DEL EXTRAÑO CONEJO


HISTORIA DEL EXTRAÑO CONEJO.
Este cuento me lo relató, uno de los actores de la historia.Ocurrió en el páramo de Pan de Azúcar. Los personajes de la historia, conformaban un grupo de cinco senderistas, provenientes del Playón, en El Valle Grande, Sierra La Culata, Mérida, Venezuela.Varios de los integrantes del equipo se dedicaban a la caza de conejos, empleando perros entrenados, cuando escucharon a lo lejos el constante y enfurecido ladrido de los canes, que excitados, rodeaban una espesa y alta concentración de plantas de frailejón, vegetal de pequeño tamaño, rosáceas, que crecen en abundancia en los páramos tropicales.Los personajes se acercaron a los frailejones y entre las plantas observaron un conejo silvestre, endémicos de esos páramos. Acurrucado se escondía de la jauría que lo acosaba y le impedía escapar. El rumiante, era mucho más grande que los que por allí se veían corriendo y saltando, sin poder escapar, uno de los montañista se agachó y tomó de las orejas al pequeño animal, que se sacudió con violencia entre las manos, se revolvió, estiró; lanzaba patadas violentas a diestra y siniestra, aruñaba los brazos de la persona que lo tenia de las orejas. Fue tan exagerada la respuesta del conejo para liberarse, que lo consiguió, cayó en el mismo matorral, en el que se encontraba, los perros y demás excursionistas permanecían rodeando el área; el animal no se observo salir del lugar. Los visitantes a la montaña revisaron concienzudamente los frailejones, no consiguieron madrigueras, cuevas, ningún espacio en el que el animal pudiera esconderse, lo cierto es que, no se consiguió el conejo, por lo que nerviosos y asustados de dirigieron al campamento para contarle a los demás compañeros de viaje. De inmediato recogieron los equipos y se marcharon del lugar.


1 comentario:

Unknown dijo...

Hola muchas historias se comentan por allí...el lugar se presta mas.cuando subes de noche a media luna apenas ves el camino y los frailejones parecen personas inmóviles..pasamos algunos sustos solo producto de nuestra imaginación. Mérida hermosa caminarla es sentirla